Conmemorando el Día de la Bandera
EL PENSAMIENTO DE UN GENERAL
EL PENSAMIENTO DE UN GENERAL
Leemos en el libro de Javier Garín “Manuel Belgrano. Recuerdos del Alto Perú”, una reflexión del creador de la Bandera Nacional, que dice “Tal vez mi negativa a disfrazarme con atributos jerárquicos, haya tenido también su parte, pues nunca quise rodearme de distinciones, ni en el trato ni en el atuendo; y así el ajuar de mi caballo era como el de cualquier otro; iguales mis ropas; comía lo que todos, y no gastaba una moneda en arreglar mi persona. Bien sé que los hombres gustan de las apariencias, y donde ven ostentación inclinan la cerviz; pero era preciso desterrar las viejas usanzas: los soldados debían respetar la autoridad, no por sus accesorios, sino por ella misma”.
Era el pensamiento de un General, con un sentido de la ética tan distinto, que no gustaba a los teóricos de la Revolución de Mayo de 1810.
Belgrano vivió y murió como pensó. En medio de la más absoluta pobreza, olvidado, negado, marginado por quienes habían sido sus compañeros en los primeros días de la revolución.
Continúa diciendo el prócer citado en aquel libro: “Había algunos oportunistas que no podían admitir, para poder mantener la legalidad, una nueva bandera; lo cual motivó que se mirara con gran disgusto la enarbolada en Rosario por mí. Mas tarde supe que el gobierno había mandado un duro oficio en que me ordenaba arriarla, advirtiendo que no es de mi incumbencia la adopción de pasos semejantes, que malograban su política exterior y comprometían los fundamentos de su actuación ante terceros países, pero el oficio reprobatorio llegó a Rosario después de mi partida y nunca cayó en mis manos”.
De esta manera el sector más conservador de la Primera Junta del gobierno patrio, negaba a Belgrano la posibilidad de que los hombres mal alimentados, con armamento ineficiente, con escasa o nula asistencia sanitaria, pudieran tener un pabellón que los identificara y sea enseña de lucha e identidad de la patria que recién nacía.
El Museo del Hombre Chaqueño “Profesor Ertivio Acosta”, a través de su Área de Investigaciones Históricas, dependiente del Instituto de Cultura, rinde homenaje a uno de los hombres más valientes y preclaros que tuvo la Patria en su hora primigenia, y que, junto a Moreno, Castelli, Monteagudo, marcaron el camino por la independencia y la justicia social de los pueblos de la Patria Grande: América del Sur.