miércoles, 30 de octubre de 2013

A TREINTA AÑOS DE LA RECUPERACIÓN DEMOCRÁTICA

Este miércoles 30 de octubre de 2013, se cumplen treinta años de las primeras elecciones en el marco del retorno de la democracia y el ocaso de la dictadura cívico-militar. Fue cuando resultó electo el representante de la Unión Cívica Radical, doctor Raúl R. Alfonsín.
El Área de Investigaciones Históricas del Museo del Hombre Chaqueño “Ertivio Acosta, conmemora este día histórico, empeñada en la batalla cultural por la plena vigencia de los valores cívicos que sólo se generan en un sistema democrático.
Aquel 30 de octubre de 1983, amanecía otro tiempo político, luego de la noche trágica conducida por la dictadura militar que asumiera en 1976. Atrás quedaban las ilusiones de perpetuidad de quienes habían asegurado, a través del Operativo Cóndor,  que  “primero harían desaparecer a los subversivos, luego a sus amigos, después a sus familiares y por último a los indiferentes”.
En estos treinta años hemos transitado, como sujetos históricos, el camino de la construcción de ciudadanía, de la puesta en valor de los principios de justicia social, la participación popular y el respeto por los derechos humanos.
Hoy, miles de jóvenes argentinos han tomado la posta para continuar con la defensa de los ideales de aquellos a quienes la dictadura les segó la vida, soñando con la construcción de la Patria Grande, Latinoamericana, sólo lograble en un contexto democrático, como lo obtuviera el pueblo argentino a través de la movilización y la lucha popular a fines de 1983.

A TREINTA AÑOS DE LA RECUPERACIÓN DEMOCRÁTICA

El miércoles 30, se cumplieron treinta años de las primeras elecciones en el marco del retorno de la democracia y el ocaso de la dictadura cívico-militar. Fue cuando resultó electo el representante de la Unión Cívica Radical, doctor Raúl R. Alfonsín.
El Área de Investigaciones Históricas del Museo del Hombre Chaqueño “Ertivio Acosta, conmemora este día histórico, empeñada en la batalla cultural por la plena vigencia de los valores cívicos que sólo se generan en un sistema democrático.
Aquel 30 de octubre de 1983, amanecía otro tiempo político, luego de la noche trágica conducida por la dictadura militar que asumiera en 1976. Atrás quedaban las ilusiones de perpetuidad de quienes habían asegurado, a través del Operativo Cóndor,  que  “primero harían desaparecer a los subversivos, luego a sus amigos, después a sus familiares y por último a los indiferentes”.
En estos treinta años hemos transitado, como sujetos históricos, el camino de la construcción de ciudadanía, de la puesta en valor de los principios de justicia social, la participación popular y el respeto por los derechos humanos.
Hoy, miles de jóvenes argentinos han tomado la posta para continuar con la defensa de los ideales de aquellos a quienes la dictadura les segó la vida, soñando con la construcción de la Patria Grande, Latinoamericana, sólo lograble en un contexto democrático, como lo obtuviera el pueblo argentino a través de la movilización y la lucha popular a fines de 1983.

jueves, 17 de octubre de 2013

DÍA DE LA LEALTAD

El Museo del Hombre Chaqueño “Ertivio Acosta” a través de su Área de Investigaciones Históricas, evoca al Día de la Lealtad. El 17 de octubre de 1945 comenzaba a escribirse otra historia en la vida política y social de la Argentina. La clase trabajadora, se transformaba en factor de poder, luego de cincuenta años de luchas por mejores condiciones de vida y una legislación laboral que dignifique su existencia.
Desde 1943 venía perfilándose en el GOU (Grupo de Oficiales Unidos) el Coronel Juan Domingo Perón, que como Secretario de Trabajo y Previsión, había desplegado un accionar que favorecía a los sectores más desprotegidos, especialmente a los trabajadores del país.
Esta política produjo un doble efecto: Perón comenzó un idilio político con el movimiento obrero, y los sectores oligárquicos del país condenaron su accionar, unieron sus fuerzas, coaligándose con todo el arco político opositor que veía el drenaje de sus fuerzas. Éstas emigraban hacia el naciente movimiento nacional liderado por Perón.
La ira generada por la acción social del gobierno militar, produjo la ruptura en las propias filas del GOU, y operaciones políticas en los sectores más poderosos económicamente, para lograr la conformación de un frente que reuniera a los partidos políticos, entidades empresarias, rurales y a todos aquellos que quisieran mantener el modelo agro-exportador, conservador y dependiente.
En ese marco se pergeñó el pedido de renuncia de Perón a todos los cargos políticos y su posterior detención y traslado a la isla Martín García. Mas esos sectores no contaban con la irrupción de ese nuevo actor social, tantas veces excluido, postergado e invisibilizado: la clase obrera.
Fogoneados por dirigentes sindicales de la primera hora del peronismo, enrolados en el Partido Laborista, y Eva Perón primerísima figura de los años posteriores, salieron a las calles poniendo sus cuerpos en defensa de aquel hombre que les había dado entidad como sujetos históricos.
Aquella inusitada presencia de la Argentina morena, de los “grasitas”, de los “cabecitas negras” cambió el rumbo de la historia nacional.
Esa insurrección popular permitió que se abrieran las celdas, y que Perón, ese 17 de octubre, se uniera definitivamente con el movimiento obrero que lo llevaría a la presidencia de la nación en 1946 y en 1952.
Ya nada sería igual en la Argentina después de ese 17 de octubre. Las banderas de la independencia económica, la soberanía política y la justicia social flamearan en el corazón del movimiento obrero argentino a pesar de los golpes de estado, las persecuciones, cárceles, exilio y muerte que sufrieron sus integrantes, por el sólo hecho de sentirse protagonistas de la historia nacional como sujetos plenos de derechos.

jueves, 3 de octubre de 2013

MARTIRES DE LA PATAGONIA TRÁGICA

El Museo del Hombre Chaqueño “Ertivio Acosta” a través de su Área de Investigaciones Históricas, evoca los sucesos de la revuelta de la Patagonia. Hacia fines de la segunda década del siglo pasado, la actividad lanera ocupaba a miles de trabajadores en el sur de nuestro país y Chile. Las condiciones de vida de los obreros y changarines eran realmente deplorables según diarios de la época.
La revolución de los comunistas rusos (1917), y la finalización de la Primera Guerra Mundial, provocaron mutaciones en el pensamiento y en las organizaciones gremiales del Movimiento Obrero. Por su parte el final de la guerra, provocó una baja en los precios de la lana y una amplia desocupación.
En 1920 estalló una huelga en el sur chileno, la que fue aplastada. Los dirigentes del movimiento buscaron refugio en la Argentina. En octubre de ese año la lucha recrudeció, fogoneada por la Federación Obrera magallánica de Punta Arenas y la Federación Obrera Regional de Río Gallegos.
El presidente argentino Hipólito Irigoyen ordenó al teniente coronel Hector Benigno Varela a marchar a la Patagonia para sofocar la rebelión. En esa oportunidad Varela actuó con un tinte negociador, logrando algunas conquistas para los trabajadores, lo que puso fin al conflicto.
Pero los patrones, en su mayoría no cumplieron con lo pactado, lo que generó que la lucha se reiniciara, esta vez con los obreros débilmente armados.
Nuevamente Varela es enviado al sur, pero esta vez, ante la sospecha de que los trabajadores argentinos estaban apoyados por los carabineros chilenos, actuó con la mayor de las crueldades.
Los obreros argentinos estaban encabezados por dirigentes anarquistas en su mayoría, destacándose entre ellos: Ramón Outurello, Antonio Soto y José Font (alias Facón Grande). El método de acción del Regimiento 10 de Caballería fue el de la detención, tortura, juicio sumarísimo y fusilamiento de los trabajadores, estuvieran o no adheridos a la huelga.
Paso Benitez, Río Chico, Cerro Negro y la Estancia La Anita, fueron escenarios, entre tantos otros, de los fusilamientos de centenares de obreros. Los operativos rastrillo se extendieron hasta Chile, buscando obreros huelguistas. La campaña de exterminio finalizó el 10 de enero de 1922. En total fueron fusilados 1.500 obreros.
Fuerzas civiles (Liga Patriótica, Sociedad Rural) festejaron el accionar de Varela, el que fue asesinado en un atentado, el 27 de enero de 1923,  a manos del dirigente anarquista alemán de apellido Wilkens.