El informe del Ingeniero Bialet Massé, sobre el Estado de
las Clases Obreras en la Argentina, con respecto al Chaco era lapidario. Uno de
los Territorios donde la clase trabajadora peores condiciones de trabajo
soportaba era precisamente éste. Los obrajes forestales, instalados ya desde
1865, en la ribera del Paraná, tenían sumidos a criollos e indígenas a un
sistema de semiesclavitud, hacia 1904.
La baratura de la mano de obra, el trabajo de sol a sol, la
mala alimentación, las enfermedades provocadas por los insectos, los accidentes
de trabajo, la falta absoluta de legislación que protegiera al obrero, a lo que
debe sumarse el pago en vales, colocaba a la clase trabajadora de Chaco, en una
de las más castigadas del país.
Pero como todo mal tiene su fin, a la llegada de los
inmigrantes en el final del siglo XIX, los trabajadores del monte y los pocos
urbanos, aprendieron de ellos las formas de organización, que necesitaban para
sacarse de encima el yugo de la explotación.
Fue así que a partir de 1905 nacieron en el norte
santafesino y en todo el Chaco, las primeras “sociedades de resistencia”,
impulsadas por obreros de ideología anarquista, los que aspiraban a la
liberación del hombre a través del accionar de los sindicatos revolucionarios.
En ese marco, el 1° de mayo, era el día más emblemático en
la agenda sindical. A éstos anarquistas se agregaron los socialistas y
posteriormente los comunistas, quienes encabezaron el Movimiento Obrero del
Chaco hasta 1945, momento en que hace irrupción el peronismo.
Con sus escasos recursos, aquellos primeros dirigentes
obreros (nadie cobraba por ser dirigente, no tenían licencia gremial), todos los años organizaban los actos en
homenaje a los Mártires de Chicago, que en 1886, habían sido acribillados y
condenados a muerte por pelear por las 8 horas de trabajo diarias.
En un clima sencillo y austero, pero cargado de emotividad,
las banderas rojas y negras, daban marco a los actos que, hasta la década del
cuarenta, coronaron este día de lucha de los obreros del campo y la ciudad.
Hasta 1929 los actos se hacían en forma separada, pero con
la consigna de los militantes comunistas, en torno a la necesidad de la unidad,
la Plaza 25 de mayo o la Plaza España, cada 1° de mayo desbordaba de
militantes.
Los trabajadores del Chaco, tuvieron sus propias masacres,
persecuciones, detenciones y torturas. Pero siempre tuvieron claro la necesidad
de la unida para la lucha y una inclaudicable altura moral. Los obreros no
perdonaban a los “dirigentes pro patronales “.
A partir del la segunda guerra mundial, otro será el panorama
de los actos del 1° de mayo, pero hasta 1950 aproximadamente, siempre mantuvo
el carácter de día de lucha, único medio posible de mejorar la calidad de vida
de sus protagonistas.