El Área de Investigaciones Históricas -ÁIH- del MuHoCh, evoca en esta jornada dos hechos trágicos de la historia nacional, que si bien están separados en el tiempo, tienen un hilo en común.
Algo más de veinte años de diferencia separan el estallido de la revolución que acabó con el sistema democrático que presidía el general Perón, desde 1946.
Las FF.AA. cómo guardia pretoriana de los grandes intereses monopólicos y de la burguesía terrateniente local quebraron el orden constitucional, con sus tanques y aviones, con base en Córdoba. Y contando como jefes a Eduardo Lonardi, Pedro E. Aramburu e Isaac Rojas, que llegaron para imponer el terror y preparar el terreno para la aplicación de recetas liberales. El general Perón presentó su renuncia tres días después.
Fue durante otro proceso genocida y con la utilización del terrorismo de estado que el 16 de setiembre de 1976, un grupo de tareas terminó con la vida de jovenes estudiantes secundarios, la mayoría militantes, que circunstancialmente luchaban por el boleto estudiantil. Ellos tenían perfectamente claro que la única manera de contribuir a una sociedad más justa era a través de la lucha popular, así como los 30.000 desaparecidos durante el proceso de reorganizacion nacional y los que resitieron a la Revolución Libertadora del 55.
Memoria, Verdad y Justicia son hoy las banderas que se levantan para rendir el sentido homenaje a quienes cayeron luchando por una Patria digna.
Algo más de veinte años de diferencia separan el estallido de la revolución que acabó con el sistema democrático que presidía el general Perón, desde 1946.
Las FF.AA. cómo guardia pretoriana de los grandes intereses monopólicos y de la burguesía terrateniente local quebraron el orden constitucional, con sus tanques y aviones, con base en Córdoba. Y contando como jefes a Eduardo Lonardi, Pedro E. Aramburu e Isaac Rojas, que llegaron para imponer el terror y preparar el terreno para la aplicación de recetas liberales. El general Perón presentó su renuncia tres días después.
Fue durante otro proceso genocida y con la utilización del terrorismo de estado que el 16 de setiembre de 1976, un grupo de tareas terminó con la vida de jovenes estudiantes secundarios, la mayoría militantes, que circunstancialmente luchaban por el boleto estudiantil. Ellos tenían perfectamente claro que la única manera de contribuir a una sociedad más justa era a través de la lucha popular, así como los 30.000 desaparecidos durante el proceso de reorganizacion nacional y los que resitieron a la Revolución Libertadora del 55.
Memoria, Verdad y Justicia son hoy las banderas que se levantan para rendir el sentido homenaje a quienes cayeron luchando por una Patria digna.