A 30 años
de la Recuperación de Malvinas
El Museo del Hombre Chaqueño “Profesor Ertivio Acosta”, a través de su Área de Investigaciones Históricas, recuerda los sucesos de Malvinas y reflexiona acerca de los hechos que envolvieron la dictadura militar, los trasfondos del enfrentamiento bélico y los treinta años posteriores con acciones de excombatientes y gobiernos.
La Guerra de Malvinas tiene un pecado de origen, desde el momento en que fue una medida inconsulta de la dictadura genocida, sólo ocupada en su permanencia en el poder. ( Pratesi, Ana; 2009).
Profundamente arraigadas en el sentimiento colectivo de los argentinos, la recuperación de Malvinas, fue, como el Mundial de 1978, una cortina de humo, que impidiera ver los horrores de esta dictadura perversa, guardia pretoriana de los intereses económicos de las corporaciones económicas transnacionales.
Como enclave geopolítico estratégico, como bastión de avanzada sobre el continente Antártico, por las riquezas petrolíferas y de la fauna ictícola, las Islas Malvinas constituyen una de las últimas manifestaciones mundiales del colonialismo, en este caso inglés, que las usurpó en la primera mitad del siglo XIX.
El 2 de abril de 1982, tras la recuperación del archipiélago, la Intervención Militar en Chaco, llamaba al pueblo a “encolumnarse junto al gobierno, en esta decisión irrevocable e irreversible”.
La guerra, que duró 74 días, dejó un saldo de 635 muertos, producto de las desventajas militares de nuestros combatientes frente al poderío naval de los piratas ingleses apoyados por la OTAN y EE.UU.
La mayor parte de las tropas argentinas fueron engrosadas con soldados del nordeste argentino. El Chaco y Corrientes sumaron el 30% de los efectivos, en su mayoría soldados conscriptos; sin entrenamiento; mal alimentados y sin infraestructura, la mayoría de la tropa argentina marchó inexorablemente hacia una derrota previsible.
Desmalvinización, silencio, olvido, forman parte de un dispositivo que apuntó a poner un manto de negación histórica en la memoria de los argentinos. Los ex combatientes eran el residuo no visible de la guerra. Abandonados de toda asistencia sanitaria y psicológica, 350 de ellos se suicidaron entre 1982 y 2010.
Los sobrevivientes de Malvinas son las víctimas de un Estado que los olvidó, pero son también los héroes para una sociedad que comienza a poner en valor, todas las virtudes que humilde, anónimamente supieron poner en el escenario del combate.
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