El Área de Investigaciones Históricas del Museo del Hombre Chaqueño “Ertivio Acosta”, evocó el 12 de marzo un nuevo aniversario del decreto sancionado por la Asamblea del Año XIII, por el cual se extingue el tributo indígena y se deroga la mita, la encomienda y el yanaconazgo, y declara a los indios como hombres libres con iguales derechos que el resto de los ciudadanos.
Era esa una política de avanzada, que en el mismo camino de Simón Bolívar, declaraba a los pueblos originarios, sujetos de plenos derechos, capaces de construir su propia identidad.
En el ideario de los hombres de mayo de 1810, estaban presentes estos principios, y después Manuel Belgrano y Juan J. Castelli, lo pusieron en práctica en sus incursiones por Paraguay y en la Frontera Norte del país.
El cumplimiento efectivo de estos derechos estuvo lejos de cumplirse plenamente, es más, la generación del ‘80, los grupos dominantes de la Argentina de fines de siglo XIX, ejecutaron un plan de exterminio contra los indígenas para allanar el camino a las fuerzas de la oligarquía y el imperialismo, que ocuparían las tierras pertenecientes desde siempre a las comunidades indígenas.
El modelo económico y social implementado, no incluía a los pueblos originarios, y serían otras formas de dominio, las que habrían de someter a los que sobrevivieron, con el propósito de disciplinarlos e introducirlos forzadamente a las nuevas formas de producción puestas en vigencia.
Las Reducciones reemplazaron a las mitas y encomiendas, y como triste ejemplo tenemos en el Chaco la de Napalpí, escenario de una de las mayores matanzas indígenas en la Argentina moderna.
Era esa una política de avanzada, que en el mismo camino de Simón Bolívar, declaraba a los pueblos originarios, sujetos de plenos derechos, capaces de construir su propia identidad.
En el ideario de los hombres de mayo de 1810, estaban presentes estos principios, y después Manuel Belgrano y Juan J. Castelli, lo pusieron en práctica en sus incursiones por Paraguay y en la Frontera Norte del país.
El cumplimiento efectivo de estos derechos estuvo lejos de cumplirse plenamente, es más, la generación del ‘80, los grupos dominantes de la Argentina de fines de siglo XIX, ejecutaron un plan de exterminio contra los indígenas para allanar el camino a las fuerzas de la oligarquía y el imperialismo, que ocuparían las tierras pertenecientes desde siempre a las comunidades indígenas.
El modelo económico y social implementado, no incluía a los pueblos originarios, y serían otras formas de dominio, las que habrían de someter a los que sobrevivieron, con el propósito de disciplinarlos e introducirlos forzadamente a las nuevas formas de producción puestas en vigencia.
Las Reducciones reemplazaron a las mitas y encomiendas, y como triste ejemplo tenemos en el Chaco la de Napalpí, escenario de una de las mayores matanzas indígenas en la Argentina moderna.
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