domingo, 30 de noviembre de 2014

SOLIDIFICACIÓN DEL DOMINIO TERRITORIAL

El 30 de noviembre de 1911, el general Enrique Rostagno comunicó desde Resistencia al gobierno nacional que, después de la primera incursión por el Chaco pacificado (labor militar que le cupo al General Victorica en 1885), no había tenido necesidad de batirse con ningún grupo indígena y que comenzaba la instalación de 930 Km de líneas telegráficas.
La campaña Rostagno se desplegó por todo el sudoeste chaqueño desplazando hacia lo que hoy es el Impenetrable a los pocos indígenas que aún mantenían su rebeldía contra la presencia del hombre blanco después de  casi cuatrocientos años de resistencia. Los que no murieron en los combates debieron reducirse y formar parte de la mano de obra barata que la incipiente actividad forestal y taninera requiría.
Con esto se asumía desde el orden nacional el doble proceso de construcción del Estado-Nación en la frontera norte. Por un lado, los grupos dominantes argentinos procedían a delimitar el territorio donde ejercían su poder con la eliminación de manera violenta, luego “pacíficamente”, a los pueblos originarios que despojaron de sus tierras; y por otra parte, creaban con el aval de las naciones colonialistas instrumentos de vigilancia y disciplinamiento para los pueblos indígenas y criollos que se  proletarizaron en obrajes y zafras y cosechas.
Nacieron, luego de la Campaña Rostagno, acciones fundacionales que dieron forma a un Chaco con una amplia diversidad cultural, y donde los pueblos originarios, los criollos y los inmigrantes pobres, no entraban en ese modelo de acumulación capitalista.
La concepción antropológica dominante entre quienes realizaron esta conquista del Chaco (hecho que no pudieron efectivizar los españoles en trecientos años), fue el “avance de la civilización” ante la “barbarie”, representada por los pueblos originarios según esa élite gobernante.
Ese pensamiento, aunque bajo sutiles formas y expresiones, se mantiene en amplias capas de nuestra sociedad.
En 1917, el presidente de la nación Hipólito Irigoyen dio por finalizada por decreto la campaña militar al Chaco. Puso fin de esta manera a un proceso que había comenzado el siglo anterior con el intento de ocupación militar y eliminación de los grandes caciques indígenas.
Quedaba de esa manera allanado el camino para que la oligarquía burguesa terrateniente ampliara la frontera agropecuaria e implementara un modelo económico-social que tuvo al latifundio como eje organizador del paisaje agrario y, al obraje forestal como unidad económica para dinamizar una economía cuyas grandes ganancias se depositaban en los bancos europeos.
Zafra en los latifundios de caña de azucar en Las Palmas con criollos e indígenas. Foto del Concurso de Tiempos en el Chaco 2011, de Ana María Quenardelle.
Explotación forestal a prinicipios del 1900 en el gran Chaco. Foto del Concurso Tiempos en el Chaco 2013, de Pedro Alberto Favarón.

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