En 1617, por Real Cédula de Felipe III (Rey de España) se prohibía el ataque a "los naturales" salvo contra aquellos que atacaran a las ciudades. Si bien se autorizaba el cautiverio y marcación de los prisioneros, no se permitía venderlos ni enajenarlos.
Esta ordenanza venía a responder a la preocupación de las autoridades de Concepción del Bermejo ante la hostilidad creciente de las tribus indígenas que rodeaban la ciudad citada, fundada el 14 de abril de 1585, por Alonso de Vera y Aragón.
La primer ciudad española fundada en el Territorio del Chaco (todavía no aparecía ese nombre) llegó a convertirse en una de las prósperas y activas del proceso colonizador de España.
Creada como capital de provincia, tenía como límite al norte a Asunción, al sur Santa Fe; al oeste Santiago del Estero y Salta y La Plata (Chuquisaca) al N.O. El Primer Cabildo del Chaco contó como integrantes al propio fundador, a Hernando Arias de Saavedra (Hernandarias, yerno de Juan de Garay).
Llegó a contar en su momento de apogeo con 8,000 “indios cristianizados” y cerca de 200.000 “indios rebeldes” que merodeaban por las orillas de la misma. De su producción económica dan muestras los telares (llegaron a contarse 400 en funcionamiento ), producción de lienzo, ponchos, hilados. cera, hortalizas, cueros, vacunos, mulares , harina, carretas, maderas. (TISSERA, R.; 2008)
Las diferencias étnicas, las rivalidades internas de cada tribu, la explotación esclavista a la que eran sometidos los indígenas, las ambiciones políticas de los gobernantes españoles, la enorme extensión del territorio bermejeño, fueron algunos de los condicionantes que precipitaron el ocaso de la ciudad estratégicamente enclavada como intermedia entre el Río de la Plata y el Alto Perú.
Hacia 1613, arreciaban los ataques de las tribus “no amigas" de los blancos, encontrándose entre estas a los guaycurúes, que presionaban a los “indios mansos” para abandonar los “beneficios” de la civilización, incluso llegaron a invadir la ciudad en tres oportunidades, secuestrando a mujeres indígenas de “tribus dóciles” como forma de convencerlos a bandonar el tutelaje criollo-español.
Los Tonocoté, los Mogosna y los Lules mansos se contaban entre los “indios amigos”. Pero lo que provocó la ira, el descontento generalizado de amigos y extraños, fue la campaña de enviar indígenas al Tucumán, disolviendo los clanes indígenas.
El malestar de los pueblos originarios fue creciendo. Mientras tanto en el plano político el Rey Felipe III dividió las tierras de Asunción a Tierra del Fuego en dos gobernaciones, una con capital en Buenos Aires y la otra en Asunción. Concepción del Bermejo pasó a depender de Buenos Aires. La distancia fue el golpe definitivo para su desaparición.
La coalición Abipón, Calchaquí, Mocoví, acompañados por otras trbus menores comenzó el asedio de la ciudad a comienzos de los años 30 del siglo XVII. El abandono definitivo se produjo tal vez en setiembre de 1632.
De haber prosperado las ideas de Hernandarias en cuanto al trabajo de inclusión e integración de los pueblos originarios, otra hubiese sido el destino de Concepción del Bermejo, y por extensión, otros los relatos históricos del Territorio del CHACÚ.
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