martes, 2 de abril de 2013

EVOCACION DE LA RECUPERACION DE MALVINAS

La recordación de esa gesta histórica, tan cerca de los sentimiento de los argentinos, nos invita a reflexionar acerca de cuáles fueron y son los sentimientos e intereses que giran alrededor de aquella gesta, ocurrida el 2 de abril de 1982, en plena dictadura genocida.
El silencio que siguió al 14 de junio de 1982 (día de la rendición de nuestras fuerzas militares en el campo de operaciones); el proceso de “desmalvinización”, era el intento por invisibilizar un hecho justo, no fue producto de una decisión conjunta de los sectores de decisión nacional, y por otra parte de una decisión militar, estratégicamente mal pergeñada.
Los jefes militares de aquellos sucesos se encargaron se hambrear, estaquear, torturar y hasta fusilar a los soldados que no eludieron ponerle el pecho a las balas de un ejército mucho más poderoso.
El manto de olvido que siguió a aquella gesta impidió el justo reconocimiento a los que volvieron de Malvinas, como así también a los que quedaron allí para siempre.
Los soldados ( muchos de ellos chaqueños y correntinos ), que hasta junio de ese año eran los los valientes y heroicos jóvenes, luego de la derrota militar pasaron a ser “los chicos de la Guerra”, infantilizando, minimizando de esta manera su accionar.
Posteriormente ellos fueron las víctimas de la guerra. Fueron negados, ocultados, reprimidos, excluidos, negándoseles su reinserción en la sociedad. Muchos se suicidaron. Fueron abandonados a su propia suerte, a sus propias luchas.
Esos ex combatientes han librado dos luchas –al decir de Ana Pratesi– una contra el imperialismo inglés y otra contra el olvido y la discriminación social.
La memoria se sigue construyendo, al igual que la identidad y la ciudadanía y el debate por Malvinas, ocupa un lugar preponderante.

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