El Área de Investigaciones Históricas del Museo del Hombre del Chaco “Ertivio Acosta”, evoca esta semana al Brigadier general Juan Antonio Álvarez de Arenales.
Fue uno de los baluartes del proceso de independencia nacional a partir de 1810, junto a Moreno, Castelli, Belgrano, San Martín y otros héroes nacionales. A pesar de ser español, abrazó la causa nacional y latinoamericana, luchando junto a los criollos.
El 25 de mayo de 1809, fue uno de los principales mentores de la revolución de Chuquisaca, por lo que fue detenido y enviado a Lima, desde donde huyó.
El Ejército del Norte lo contó entre sus filas, al mando del general Belgrano. Luego de la batalla de Salta en 1812, fue nuevamente detenido y rescatado esta vez por Eustaquio Díaz Vélez, lugarteniente del general.
La Asamblea del Año XIII le concede la ciudadanía argentina, debido a su destacado accionar. Había nacido en loa Villa de Reynoso, Castilla la Vieja, España, en 1770.
En 1817 fue designado comandante en Jefe de Córdoba, y en 1819 se incorporó al Ejército de Los Andes, donde San Martín, lo nombró al frente de una columna para su campaña al Alto Perú.
De ideas unitarias fue derrotado por los federales, por lo que debió retirase hacia un nuevo exilio en Bolivia. A su muerte, ocurrida en Moraya, Bolivia, el 4 de diciembre de 1831, fue enterrado en una fosa común. Años después, sus restos recibieron sepultura en el Panteón de las Glorias de la Independencia en la ciudad de Salta.
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