DÍA DE LA RESTAURACION DE LA DEMOCRACIA
El 30 de octubre se Celebra el “Día de la restauración de la Democracia", en recuerdo de la recuperación del Estado de Derecho, conseguido en 1983.
El derecho de los argentinos a elegir sus propias autoridades y a ejercer aquellos contemplados por la Constitución Nacional, volvía a ejercerse.
Luego de más de siete años, la dictadura militar finalizaba su automandato, basado en el Terrorismo de Estado y el cercenamiento de toda manifestación individual o colectiva.
La derrota militar en el conflicto de Malvinas, en 1982, precipitó el alejamiento de las juntas militares más cruentas de la historia nacional.
En esa oportunidad, se impuso la fórmula de la Unión Cívica Radical (Raúl Alfonsín-Victor Martinez), sobre el binomio Italo Luder-Deolindo F. Bittel. La UCR, obtuvo el 51,7 de los votos.
Por primera vez en su historia, la Argentina cumple 29 años ininterrumpidos de gobiernos democráticos.
Esta recuperación de la democracia, abrió las posibilidades del pleno ejercicio de los derechos ciudadanos, y de comprender, que la memoria colectiva nos muestra caminos por donde nunca más debemos transitar.
Esa sea tal vez, la mayor lección que supimos aprender tras largas décadas de oscurantismo y represión.
11 DE OCTUBRE : Ultimo día de libertad de los pueblos originarios
El Área de Investigaciones Históricas del Museo del Hombre Chaqueño, apela nuevamente a la memoria colectiva, para reivindicar los derechos conculcados a los pueblos originarios desde 1492 en adelante.
La llegada de Cristóbal Colón se produce en un marco de expansión de la burguesía mercantil europea, la que, contando con el visto bueno de la Iglesia Católica, no escatimó esfuerzos para someter a millones de pueblos que en América, vivían en armonía con la naturaleza.
Un puñado de conquistadores, españoles y portugueses, contaron con el fusil y la espada, con los virus y las pestes, con la explotación laboral de los pueblos indígenas reducidos, para cometer el genocidio mas grande en la historia de la humanidad.
El Chaco, con sus pueblos indígenas, resistieron durante más de trescientos años, defendiendo la tierra que habitaban y los recursos naturales que ellas les brindaba.
La avaricia del capitalismo financiero e industrial, amén de destruir las culturas originarias, modificar la cosmovisión del mundo que poseían los habitantes americanos, cambiar sus dioses, y cometer las mas crueles matanzas en nombre del “progreso y la civilización”, se llevaron las mas grandes riquezas y recursos que existían en estas tierras.
El colonialismo externo e interno, posibilitó esta pérdida de libertad, por ello, en los nuevos tiempos que vivimos en estas latitudes americanas, es necesario la recuperación de los derechos arrancados a estos pueblos, para que recobren su dignidad y los grandes valores de su cultura.
LAS HUELGAS DE LA PATAGONIA
En esta primera semana de octubre, el Área de Investigaciones Históricas del Museo del Hombre Chaqueño, recurre a la memoria histórica, para rescatar un acontecimiento que la historia oficial trató de ocultar durante décadas.
Desde comienzos del siglo XX, los grandes latifundistas y frigoríficos ingleses, habían transformado a la hoy Provincia de Santa Cruz, en el principal centro productor de lana.
La etapa de acumulación capitalista se desarrollaba en función de la apropiación de las tierras que antes pertenecían a los pueblos originarios de la Patagonia, y a la que accedieron luego del genocidio de Julio A. Roca en 1879; y de la explotación de peones y obreros, a los que sometían a una vida infrahumana.
Trabajando de doce a dieciséis horas por día; hacinados en galpones donde dormían cientos de ellos; prácticamente sin iluminación, y recibiendo el pago de sus jornales en vales y bonos, la Federación Obrera, de filiación anarcosindicalista, con asiento en Rio Gallegos, presentó un pliego de condiciones a la patronal, íntimamente vinculada a la Sociedad Rural Argentina.
En 1921, estalló la primera huelga en la que los obreros solicitaban la anulación de las insalubres condiciones de vida antes mencionadas, más un paquete de velas por obrero.
El presidente de la nación, Hipólito Irigoyen, envió al Regimiento 10 de Caballería, comandado por el Tte. Héctor B. Varela, quien en esta oportunidad consensuó con las partes enfrentadas, evitando los choques armados. Los estancieros no cumplieron lo pactado, y en la primera semana de octubre los peones comenzaron los asaltos a las estancias y comisarías, procurando alimentos y armas.
Varela regresó a la Patagonia en enero de 1922, pero esta vez se dedicó a reprimir: detenciones, quema de los edificios de los sindicatos, torturas y el fusilamiento de 1500 obreros y peones fue el saldo de ésta, que se transformó en la mayor masacre de la clase trabajadora argentina.
Hoy, en la Estancia La Anita, a 60 kilómetros de El Calafate, una cruz solitaria, en medio del desierto reza: “Memoria, Verdad y Justicia. En honor a los mártires de la Patagonia Rebelde”. Noventa años después de aquellos trágicos sucesos, rendimos homenaje a quienes se rebelaron buscando un camino de justicia y libertad.