La primigenia formación territorial presentaba un heterogéneo panorama social y cultural, producto de la diversidad de pueblos que conformaron sus pilares fundacionales.
El auge del cultivo algodonero produjo una notable transformación en el tejido social del Territorio que ya hacia esa fecha, ya estaba en condiciones de adquirir el status de provincia.
Numerosas instituciones habían ido surgiendo al conjuro de su desarrollo económico., más desde el punto de su actividad cultural, tanto los gobiernos nacionales y territoriales, habían producido un vaciamiento de la vida espiritual.
Esta convivencia de distintas raíces poblacionales, puso en primer plano el tema de la identidad chaqueña.
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| Ana Biró de Stern en la apertura del Ateneo Chaco, sentada al escritorio. |
En 1924, Linch Arribalzaga, planteaba que “en la fuerza de la fuerza de la juventud debe estar la germinación de un núcleo intelectual, llamado a estudiar y dar a conocer las cosas de su terruño, porque no todo ha de ser rutina profesional, amasar fortuna o goce placeresepicureos” ( Leoni, S.; 1999 )
Entre los grupos que tuvieron la inquietud de llenar ese vacío, se puede distinguir al Centro de Estudios La Alborada, surgido en la Escuela Normal, que se encargaba se organizar reuniones literarias, de lectura, canto y conferencias de temas históricos y científicos.
En ese mismo sentido accionaron desde 1930 en adelante, jóvenes que provenían en su mayoría del campo intelectual, destacándose la Peña de Los Bagres, que se proponía, reunidos en el Bar Chanta Cuatro fomentar la actividad artística y literaria.. También descollaron por ese mismo camino a la Sociedad Científica Argentina, nacida en 1936, movida por el entusiasmo de algunos hombres de ciencia como el Dr. Alberto Torres, quién dinamizó con su accionar a este entusiasta núcleo cultural.
Pero era necesaria una labor sistemática y la institucionalización de una entidad que nucleara a todo el espectro cultural del Chaco. Así surgió la idea de constituir un Ateneo, que posibilite la acción de todos aquellos que sentían inclinación por las actividades culturales.
El Ateneo del Chaco, surge a la luz de la cultura luego de tres reuniones preliminares, donde jugo un importante papel organizador como presidente provisorio Horacio Riveros Sosa y Noemí Thamier. En una asamblea, realizada en el subsuelo del Hotel Savoy, se fundaría el Ateneo del Chaco, el 30 de agosto de 1938.
Su primer Comision Directiva estuvo formada de la siguiente manera: Presidente Dr. Alberto Torres, Noemí Thamier, vicepresidente; Horacio Riveros Sosa, secretario; Ana P. de Cáceres, tesorera; y como vocales Ana Biró de Stern; Juan de Dios Mena y Pablo Boschetti.
Pedro Olazábal, Efraín Boglietti y Adolfo Petraglia, lo sucederían en la presidencia del organismo.
El Dr. Torres en el discurso de inauguración, fijó entre otros conceptos, los objetivos del Ateneo: …El Ateneo del Chaco se presenta a ocupar un terreno baldío y se lanza a la búsqueda del paisaje chaqueñño, dividido en dos grandes secciones: una de artes y otra de ciencias…Debemos rescatar al individuo, desarrollar todas sus potencias”.(Leoni, S. Op Cit.)
El Ateneo se proponía fomentar actividades tales como el teatro, la música, las artes plásticas y las ciencias, y fomentar entre la población el gusto por ellas.
“ Había surgido en el espíritu de las jóvenes generaciones, la perentoria necesidad de vestir a este gigante ( el Chaco ) con adecuadas ropas de cultura” , afirmaban en sus principios.
La institución cobró mayor o menor dinámica al conjuro de los vaivenes políticos de la Argentina y el Chaco. Hacia mediados de la década del sesenta su labor comenzó a languidecer, hasta concluir su labor años después.
De aquellas semillas espirituales, lanzadas al viento hace casi ochenta años, dieron sus frutos en la elevación cultural de los hombres y mujeres de este Chaco, donde su diversidad cultural es una de sus mayores fortalezas, y donde nuevas generaciones han tomado la posta , transformándose en sujetos históricos, creadores de distintas manifestaciones culturales, que han llevado a nuestra provincia, a un posicionamiento señero en la cultura del norte argentino. En homenaje a aquellos pioneros de la cultura, se recuerda cada 30 de agosto el Día de la Cultura del Chaco.
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