viernes, 15 de agosto de 2014

15 de agosto: VENERACION DE SAN LA MUERTE

Sostiene Pablo Seman que una cultura popular como tal se apropia de algunas cosas, resiste a muchas y negocia otras en el campo de lucha cultural. En ese marco,  entiende que la religiosidad popular es el conjunto de creencias, ritos, devociones, prácticas religiosas diversas, y actitudes a través de las cuales los sectores populares de la sociedad expresan sus vivencias de lo sobrenatural, y el modo en que se vinculan con lo sagrado.
Uno de los elementos que hacen a esta religiosidad es la “sacralización de los muertos”, sostiene el autor. A partir de éstas y otras teorías antropológicas, el Area de Investigaciones Históricas del Museo del Hombre Chaqueño, refiere hoy a una devoción popular, que año a año va creciendo en adeptos, sobre todo en el N.E. Argentino: El culto a San la Muerte.


Fotos collage de la muestra permanente de Religiosidad Popular-San La Muerte, en MuHoCh
Escultura de Eloy Cuesta
Cuenta la tradición, que San La Muerte, era un hombre esquelético, a punto de morir, al pie de un árbol. Cuando una joven del pueblo lo encontró, le ofreció comida. El moribundo, en prueba de agradecimiento, le preguntó si necesitaba algún favor. “Sólo cura a mi marido que está enfermo”, respondió la mujer.
Luego de curarlo, el esquelético hombre le indicó donde encontrar sus huesos, que dejaría al morir. Ellos poseerían el poder de la sanación, así como lo había hecho con su marido.
Una versión muy difundida entre los pueblos indígenas, es que los huesos de los “chamanes”, payés o “brujos”, en sus procesos de aprendizajes se transforman en “ puro esuqleto”, lo que les permitía alcanzar la virtud de sanador.
A la llegada de los españoles, se produce una simbiosis ( asociación de organismos de especie diferentes ) entre el payé y el “ Cristo resucitado”, que era para los conquistadores “ el Señor que cura todos los males”.
“Es el santo el que elige a sus devotos, y no al revés como ocurre en otras religiones” sostiene los seguidores de San la Muerte. Según ellos, cura contra el “ mal de ojo”; otorga favores en el amor, la salud y el dinero. Protege de los “daños” y salva de la muerte al que lo lleve tatuado o incorporado a su cuerpo.

Estos caracteres lo transforman en el santo protector de quienes viven vidas violentas,  están vinculados al delito o riesgo de muerte. Estos son los que se incorporan una estatuilla de bajo de la piel, la que peude ser de una bala, o de hueso. 

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