DÍA DE LA MUJER INDÍGENA

El Área de Investigaciones Históricas del Museo del Hombre Chaqueño recuerda un hecho histórico en la conmemoración del Día de la Mujer Indígena.

Bartolina Sisa, indígena aymará, murió en el Alto Perú a fines del siglo XVIII, como muchos héroes latinoamericanos, por oponerse a un régimen de explotación y condiciones de vida que rayaban la esclavitud.

Junto a su compañero, el Inca Tupac Katari (descendiente de Tupac Amarú, quien fue cruelmente asesinado por el conquistador Pizarro en el siglo XVI ), fue integrante de una fuerza de veinte a cuarenta mil indígenas sublevados, último bastión en la lucha contra los invasores blancos.

Por haberse opuesto a la dominación española, Sisa fue descuartizada el 5 de setiembre de 1782, y es por eso que en su homenaje se conmemora en toda América el Día de la Mujer Indígena.

Doscientos años después, el 5 de setiembre de 1983 durante el 2° Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América reunido en Tihuanaco (Bolivia), se decidió instituir ese día como un homenaje a quien diera su vida por la libertad y dignidad de sus hermanos de sangre.

Bartolina Sisa

“Al ver nuestro sometimiento y opresión, causado por el racismo colonial y clerical foráneo, fuiste tomando conciencia para asumir con gran convicción  tu puesto de comandante político-militar, por tu capacidad de decisión en la lucha  por la emancipación de nuestras comunidades (…) Por una traición te capturaron para tenerte como carnada para atrapar a los jefes rebeldes (…) después de despedazar a tu esposo, fuiste condenada a la horca, y luego tu cabeza se clavó en una picota, para escarmiento público, y luego tus cenizas fueron arrojadas al aire”. Este es parte de un relato aymará que se lee en todo el altiplano.

Este vano intento por ocultar su espíritu soberano -dicen los pueblos originarios de Perú y Bolivia-  vive aún vigente en la memoria colectiva de su pueblo, y en su sangre.

“La jauría entrenada por siglos para mantenernos en la servidumbre y la sumisión, lentamente se desmorona”, sostien el imaginario popular a mas de quinientos años del comienzo del saqueo.